SEQUÍA.
Irrumpo en la tarde contra su trama;
el polvo, la sed mendiga
que de antaño adentra su olor pardo
en napias de mi entereza.
Transigir la llamarada de las horas más calientes
en esta tarde de disturbios,
sol arriba;
tostando cada vena oculta,
sobre el carril caldeado de este viaje en círculo
prolongar el curtir hasta los ojos,
agrietando el iris... a la extenuación.
No hay más desborde,
que el del propio cauce, aquél... atrofiado
el de las cuencas muertas y la sequía a la vista.
Todo lo llevadero, todo lo de siempre...
a prueba de vida
a prueba de muerte.
Agatha M. Seixas.
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