lunes, 15 de marzo de 2010

viernes, 5 de marzo de 2010

Sollozos perpetuos.



Y así...nuestro país acoge, cobija con extrema dulzura a más almas rendidas al dolor...
no hay palabra precisa, no hay consuelo existente... nada, nada.

Mis respetos a mis hermanos caídos, mi halo de esperanza a los que lloran.
Mi cariño, mi pena y abrazo fecundo a familia Carileo Valenzuela. *-*




27 de febrero.

Un cielo bermejo que se expande hasta el sur
tristes parajes de roto cristal,
allí nada queda, allí no hay nada más.

Sembradío de recuerdos funestos
que aturden más y más
a todas esas miradas extraviadas;
son desgarros de espantos,
gritos enmudecidos,
ahogados, lacerados por un mar de llanto
por una tierra,
que ruge al compás de más cólera.

Desventura
sí...

Sigilosos instantes destrozando las quijadas
engarrotando los huesos,
llamando a las osamentas,
al espasmo del más crudo dolor.

Sangra el triste campo interrumpiendo la calma
....ha decaído el país...
ha muerto en este día;
y la desolación crece como peste
cada trozo de morada
un día de sacrificio.
Cada ser ido,
embrutece las sienes,
carcome la impotencia
alienta a los lamentos.

¡Arduo sollozo perpetuado al tiempo
abrupto bullicio clamando al deceso!

Pero podrás levantarte
sí...
como lo hacen las cenizas al volar
y en cada alzada un nuevo respiro
y en cada sed, una gota de esperanza.

Lo sé. Lo sabemos.



Agatha M. Seixas








Nuestro beso.