Agatha Miguel Seixas
He retomado el silencio como poesía despeja caminos sin tiempos, sin medidas, sin corazón ni sangre como venimos hace siglos a la tierra, a ésta tan indómita con los ojos llorando a lejanías y sin piedad de los astros. (del poema Silencio por Agatha M. Seixas). •● Ƹ̵̡Ӝ̵̨̄Ʒ ●•
viernes, 5 de abril de 2013
Lo breve.
Breve existes en la piel.
Diminutas partículas invisibles
no hacen un corpóreo rostro
una masa definida al roce.
Parecieras
remoto a mi vida,
un foráneo suspendido
en el tiempo, casi errado,
respirando una vida que no es,
y yo también.
Sólo sé que si la mano
deslizo por el aire, a mis ojos
te haces copioso en memoria,
un sustento de río translucido
que sirve a los propósitos,
que corre despiadado los despojos
de las tormentas que nos llueven.
Y siendo así, iluminada de tus ojos
vendrá el sol
vendrá el sol y el aguacero inmensamente
la sonrisa eternamente
el ciclo en su mirada pensativa
-la vida-
y las interrogantes de lo breve.
Agatha M.
Breve existes en la piel.
Diminutas partículas invisibles
no hacen un corpóreo rostro
una masa definida al roce.
Parecieras
remoto a mi vida,
un foráneo suspendido
en el tiempo, casi errado,
respirando una vida que no es,
y yo también.
Sólo sé que si la mano
deslizo por el aire, a mis ojos
te haces copioso en memoria,
un sustento de río translucido
que sirve a los propósitos,
que corre despiadado los despojos
de las tormentas que nos llueven.
Y siendo así, iluminada de tus ojos
vendrá el sol
vendrá el sol y el aguacero inmensamente
la sonrisa eternamente
el ciclo en su mirada pensativa
-la vida-
y las interrogantes de lo breve.
Agatha M.
Desde este otoño...
no es la estación que pasa
es la vida que se aleja contigo,
pareciera huir desde su nombre
entonando una canción lejana
y duele....
duele hasta el deseo de estar contigo
fuera del tiempo que es prestado.
Cause de hojas partidas
heridas desde el brote...
así, otoño abraza la palabra
besa el silencio y este frío....
Agatha Miguel Seixas.
LEJOS TRINOS
Ya no habrá más amaneceres de cara al monte
ni más noches de estrellas sobre sus copas blancas
Ya no, ya no míos los destellos nacarados
de ese sol naciendo en cordillera.
Nuestras aves emprenden viaje
enamoradas de la primavera;
se marchan desprendidas de todo,
vuelan a remotos sitios
y anidarán los nuevos jacarandaes.
Vestidas sus ramas de violeta
los trinos de temprano
y las volteretas saludando el día.
En los ojos llevo reflejada esa nostalgia
un jardín entumecido de infortunios
y calles que se esfuman a mi vista
desapareciendo bajo el andar.
Ya no habrá más atardeceres al sol de esos trinos;
sólo el recuerdo de este árbol solitario
elevándose hacia el cielo
en una silenciosa plegaria que no sirve
Agatha M. Seixas.
miércoles, 6 de marzo de 2013
Suscribirse a:
Entradas (Atom)